dimecres, 20 de maig del 2015

Cap. 1287: La primera Copa de Europa (II)

Es fácil comenzar la historia por el final. Aquel día 25.000 fieles blaugranas viajaron por tierra y aire hasta Londres, estaban ilusionados para poder ver por fin al Barça campeón de Europa. La página dolorosa de Sevilla seguía apuñalando nuestros corazones y era el momento propicio para lograrlo. En la final nos esperaba La Sampdoria de Vialli, Manzini, Cerezo, Pagliuca y Lombardo, entre otros. Dos hechos curiosos marcaron esa final: primero, que el Barça jugó ese partido por primera vez con una camiseta de color naranja y segundo, que su técnico Johan Cruyff reunió a sus jugadores antes del partido y pronunció su frase, y que ha pasado a la historia del club: "Hemos llegado hasta la final, ahora salid y disfrutad". Nadie dudaba de que los jugadores del Barça disfrutaban con el balón y su posesión infinita, pero una final es un partido diferente. Los nervios incordian más al favorito y la aparente víctima, con mucho que ganar, esquiva mejor la presión y jamás desaprovecha la ocasión de morder para ver si su contrincante es tan fuerte como parece.
Aquel día y dado la marcha del partido, todos los cules sufrimos mucho ante el televisor aquel día. El partido fue retransmitido por la 2 (por aquellos años, el interes nacional radicaba en el mismo equipo de siempre) y por "Pitu" Abril con los comentarios de Lluís Pujol y del Senyor Casamajor (Xavier Sardà en su papel más conocido de aquella época). Muchos también escuchaban a Joaquim Maria Puyal en Catalunya Radio o a Alfons Arús con su gran Força Barça (Radio Barcelona). Pero todos querían oír y ver lo mismo: al Barça campeón de Europa. Y aquel minuto 111 de partido fue el momento histórico que, con los años, se va haciendo más grande y que al recordarlo aún se nos pone la carne de gallina.
Era verda que la Sampdoria no imponía tanto como sus paisanos del AC Milan, el Inter o el SSC Napoli, pero eran italianos y, por tanto, ultracompetitivos. Además, anhelaban revancha (el Barcelona les había arrebatado la Recopa en 1989 por 2-0 [Salinas y López Rekarte]). Dirigidos por el histórico Vujadin Boskov, sus pilares eran un portero solvente (Pagliuca), el trabajo y la clase de Toninho Cerezo y Lombardo en el mediocampo y la pegada virtuosa (Vialli y Mancini)

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