divendres, 20 de juliol del 2018

Cap. 4737: A Lugo, ida y vuelta en un 1430

Mientras el Barça empezaba la pretemporada, 1997/98, el adolescente Navarro apuraba sus vacaciones en Galicia. De allí son sus raíces, de allí procede su madre y de allí viene su segundo apellido, Feijoo. Tras 10 horas en un Seat 1430, apretado entre sus hermanos, Juan Carlos había llegado a tierras luscenses. Por delante, fiestas locales y un torneo que le ilusionaba. El FC Barcelona, incapaz de localizarle en su casa, le requirió para su pretemporada y tuvo que acabar llamando al bar de su madre para contactar con él y hacerle volver, algo que de inicio le dio bastante rabia, sin vislumbrar todo lo que se le avecinaba, aquella temporada.

Cap. 4736: El "debut" de la "Bomba" Navarro

El 23 de noviembre de 1997. Una fecha ya histórica en el baloncesto blaugrana y nacional. Era el día del debut: 
- "Juan Carlos Navarro estaba entrenando bien y se le dio la oportunidad porque yo creía en el jugador", confesó años más tarde Joan Montes. 
El rival era el CB Granada y su estreno sorprendió a todos, tanto por la cantidad de minutos como por el rendimiento. Hay una pequeña anécdota en aquel choque: en muchas crónicas o artículos conmemorativos, se afirma que jugó el último cuarto entero. Ni siquiera él, olvidadizo en una entrevista, recordó que saltó a la pista para disputar los últimos instantes antes del descanso, para luego ya disfrutar del todo de aquel periodo entero para él.

Cap. 4735: Jasikevicius y la barrera fija del balonmano

Šarūnas Jasikevičius protagonizo en el 2003, una curiosa anecdota con Pesic de entrenador del FC Barcelona. Sucedió en un entrenamiento especialmente duro del técnico serbio, que al final de la sesión hizo correr a sus jugadores durante un buen rato sobre el parquet del Palau Blaugrana. Jasikevicius, cansado, decidió librarse de ese esfuerzo final mimetizándose con el entorno, Así, el base lituano se colocó completamente quieto y con los brazos en alto junto a la barrera de madera con la silueta de varios jugadores que utilizaba el equipo de balonmano para ensayar los libres directos de los últimos segundos de los partidos. Saras se estuvo un buen rato allí quieto ante el descojono generalizado de sus compañeros y la extrañeza de un Pesic que no reparó en su artimaña y no entendía lo que estaba pasando.