dilluns, 2 de març del 2015

Cap. 929: Adhesión en contra del racismo

Después de lo ocurrido el sabado 25 de febrero de 2006 en La Romareda y los insultos a Eto'o, y que llevaron al camerunés a intentar abandonar el terreno de juego. El 2 de marzo el Barça se sumó al manifiesto contra el racismo y la discriminación que había sido elaborado por la Generalitat de Catalunya, el Ajuntament de Barcelona y el Centro Unesco de Catalunya y que se leería entre el fin de semana y en el siguiente en todos los estadios catalanes donde se disputara una competición deportiva.
Las máximas autoridades catalanas decidieron tomar medidas al respecto. Por ello fue presentada esta iniciativa por el "conseller en cap" de la Generalitat, Josep
Bargalló, el "secretari general de l'Esport", Rafel Niubò, el director de Unescocat, Agustí Colomines, los presidentes de Barça y Espanyol, Joan Laporta y Daniel Sánchez Lliure y varios representantes de federaciones deportivas catalanas. Bargalló declaraba que ha llegado el momento de decir basta: "No podemos bostezar. Hemos de lanzar un grito por la igualdad de los colores y las pieles. Ganaremos el partido contra el racismo"

El manifiesto se resume de la siguiente manera:
Primero: que todos los seres humanos pertenecen a la misma especie y tenemos el mismo origen, y por tanto, los mismos derechos y los mismos deberes.
Segundo: que no hay fundamento científico, ético o religioso para afirmar que un grupo racial o étnico es superior por naturaleza.
Tercero: que cualquier tipo de discriminación racial es una muestra clara de intolerancia que rompe la convivencia y la paz ciudadanas. Combatir el racismo es un deber ético de las sociedades o entidades que quieren ser realmente avanzadas y libres.
Cuarto: la convivencia en un marco de igualdad se basa tanto en las actitudes individuales como en el compromiso de las instituciones, públicas o privadas, con la labor de fomentar una cultura de paz y de diálogo.
Quinto: la exhibición de símbolos racistas o de insultos contra la dignidad de las personas dentro y fuera de los estadios deportivos es un ataque a los derechos humanos.
Sexto: seamos beligerantes contra los que insultan a las personas por su color de la piel, por la religión que practican o por el idioma que hablan, porque ellos son la barbarie.
Séptimo: estamos convencidos de que si los conflictos y los odios raciales nacen en la mente de las personas, debe ser en la mente de las personas donde se ha de comenzar a construir la paz, la convivencia y la tolerancia. Este debe ser el compromiso que hoy construimos para ahora y para siempre

Cap. 928: Victoria ante el Madrid que sentencia la liga

Era el 2 de marzo de 1952, cuando se disputaba el clásico que podía decidir el campeón. Ambos equipos llegaban empatados a 35 pts, perseguidos de cerca por el Atlético de Madris. El "clásico" se jugaba a las 15.30 h. (y se quejan hoy de jugar a las 16.00 h) con los graderíos de Les Corts insuficientes para dar cabida a los millares de espectadores, deseosos de ver el denominado por "el partido del siglo". Cuando saltaron al terreno de juego las dos formaciones. De esta manera nacía lo que más tarde sería considerado el mejor equipo de la historia. "El Barça de les Cinc Copes"


FC Barcelona - Real Madrid 4-2

Barcelona: Velasco, Martin, Biosca, Seguer, Gonzalvo III, Bosch, Basora, Cesar, Vila, Kubala, Manchon.
Madrid: Alonso, Alonso, Oliva, Navarro, Munoz, Zarraga, Molowny, Olsen, Pahino, Joseito, Arzuaga.
Goles: 1-0 Vila, 1-1 Olsen, 2-1 Cesar, 2-2 Arzuaga. 3-2 César, 4-2 César

Cap. 927: Los socios blaugranas se cargan a Eduardo Baeza Alegría

Eduardo Baza Alegría, trabajó como médico ortopédico, y durante la guerra civil española se afilió a la Falange Española de las JONS . Fue nombrado Consejero Nacional del Movimiento Nacional del 1943 al 1962 , gobernador civil de Zaragoza hasta el 1947 y gobernador civil de Barcelona de 1947 a 1951. A partir de una supuesta relación con la artista de cabaret Carmen de Lirio, le hizo caer en desgracua y la huelga de tranvías de 1951 lo sentención, y fue sustituido por Felipe Acedo Colunga.
En marzo de 1951, Eduardo Baeza anunciaba una subida de precio: los tranvías. Pasarían de costar 50 céntimos a costar 70 céntimos. Casi un 50%. Ya os podeis imaginar lo que era para un trabajador medio... una pasta enorme. Entonces no había bonos, no había billetes de ida y vuelta. Y debía gastar 1 pta diaria que por 25 días laborales, 25 pesetas. Por 10 meses y medio de trabajo, unas 270 pesetas. Una persona que ganase 3.000 pesetas al año (y mucha gente ganaba menos, en Barcelona y en cualquier parte) dedicaba, pues, casi un 10% de su dinero sólo en coger el tranvía...
La decisión de los barceloneses fue ejemplar y decidieron darles donde más les dolía, es decir en la cartera. ¿Subía el tranvía? Bien. Pues, entonces, los barceloneses dejarían de tomarlo. El día 1 de marzo de 1951, se calcula que más del 90% de los ciudadanos de Barcelona, no usaron el Tranvia. Claro que el Gobernador Civil, jugaba con la baza de que el 4 de marzo, el Barça jugaba en casa... La "batalla" parecía ganada.
El 4 de marzo, un dia de lluvía los tranvias subian vacios al Camp Nou, los cules fueron andado desde sus resopectivas casas. Pero como la inclemencias jugaban a su favor, el Gobernador Civil, dejo los tranvias aparcados al lado del Estadio, aquella guerra la quería ganar costase lo que costase.
Lo que no esperaba es que en las graderias corrieron octavillas en contra de la dictadura y en contra suya, los socios barcelonistas, pese a la lluvia, secundaron la huelga y a la vuelta tamposo usaron los tranvias
Baeza Alegría fracasó, y al estar mal considerado por el régimen, fue relevado del cargo. El aumento de las tarifas también fue anulado.

Huelga de Tranvias (1951)