
Una vez que la ampliación quedó oficialmente inaugurada, 120
sardanistas, en representación de esas 120.000 almas que iban a
reunirse, a partir de ese día, todos los domingos en el Camp Nou,
aparecieron sobre el césped para bailar la danza más representativa de
Catalunya. La "rotllana" de la sardana quería simbolizar la unión de
esas ciento veinte mil personas para conseguir un objetivo común: hacer
de nuestro Barça, un club "encara més gran".
La escena era contemplada con un rostro circunspecto del presidente
blaugrana y, cómo no; sus opiniones giraban en torno al crack de aquel
equipo: Diego Armando Maradona. El final de fiesta el esperado, con un
castillo de fuegos artificiales que daba por concluido un este sencillo
extraordinariamente emotivo acto de la inaguracion de esa ampliación
(aunque esta se había "inagurado" [sin actos] en el Mundial España'82).
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