
El FC Barcelona, bajo la presidencia de Joan Laporta, obtuvo un fuerte
impulso a nivel internacional. La globalización era un hecho y el club
trató de sacar el mayor beneficio de ello llevando al equipo a un stage
de pretemporada en Aarhus (Dinamarca). El equipo, climatológicamente
hablando, fue recibido con lluvia y frío (15º menos que en Barcelona),
pero a nivel institucional fue recibido, en la segunda ciudad danesa más
importante, por sus autoridades. Por calles los jugadores eran
solicitados para firmar autógrafos
Más tarde, en el Ayuntamiento de la ciudad, la alcaldesa Louise Gade
ofreció una recepción oficial de bienvenida al equipo y a sus
representantes, finalizando su intervención con un “¡Visca el Barça!”.
Hubo intercambio de obsequios. Mientras Gade donaba una cuchara y un
tenedor ornamentales, símbolo de la ciudad, Alfons Godall,
vicepresidente de la entidad barcelonista, regalaba una placa con un
escudo del club al municipio.
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