
Pero no todo iba a ser un camino de rosas. Los socialistas vieron como
sus aliados de IC-V y ERC se descolgaban del proyecto Barça 2000 y
presentaban alegaciones en su contra. La crisis en el ayuntamiento fue
menor y no desembocó en una ruptura, pero obligó al FC Barcelona a
replantearse el proyecto. IC-V pedía la suspensión del proyecto y su
reconsideración por la vía del diálogo. ERC era aún más moderada y
presenó correcciones de detalle pero no cuestionaba ese proyecto, como
si hicieron IC-V, CiU y PP en el proyecto global. El movimiento vecinal y
los colectivos profesionales, donde predominaban los arquitectos, los
economistas y los ingenieros presentaron también sus alegaciones.
Las entidades vecinales del distrito de Les Corts, contrarias al
proyecto de remodelación del Camp Nou y de todo su entorno, solo
aceptarían la recalificación del Miniestadi si, a cambio, el
ayuntamiento y el FC Barcelona dotaban al barrio de una serie de
equipamientos.
Finalmente el 18 de septiembre de 2000. La junta directiva del Barça
presidida ahora por Joan Gaspart decidió congelar el proyecto Barcelona
2000. El club blaugrana decidia adaptar su propuesta urbanística a la
normativa del Ayuntamiento de la ciudad. Joan Gaspart, quería huir de
cualquier polémica con dicho proyecto y sólo centrarse en la
construcción de la futura ciudad deportiva de Sant Joan Despí.
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