Cap. 10902: Otra anecdota de esas finales
El segundo partido se disputó el 22 de mayo de 1928, el equipo blaugrana
contaba con el handicap de la lesión de Platko, que había recibido un
golpe en la cabeza, por una patada del donostiarra Cholin, en aquella
primera final. Con la cabeza vendada y en observación no podía jugar el
partido. Para suplir la baja, Romà Forns colocó a Ramón Llorens. El
portero culé era bajito y con 164 cm, crian los donostiarras que sería
una presa fácil para sus burlas. Por eso antes de iniciar el encuentro,
mientras hacía los ejercicios de calentamiento lanzaron un gato negro
muerti desde las gradas. Llorens, que tenía 21 años no se arrugo y
devolvió el regalo a sus dueños con un:
- "No soy supersticioso!!!"
Al final, nuevo empate entre culés y donostiarras (0-1 Kiriki, 1-1
Piera). Lo que provocaba un tercer partido. Este se disputaria un mes
después, la razón el equipo blaugrana tenía una gira por Sudamerica a
finales de mayo y junio
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