dilluns, 29 de setembre del 2014

Cap. 484: La excentridades de Canito

Jose Cano López (Canito) ficho por el FC Barcelona en la temporada 1979/80, 40 millones de ptas y tres jugadores blaugranas (Bio, Fortes, Amarillo) fue el montante de la operación de un jugador que ya era polémico en el RCE Espanyol. Ganaba por anticipacion, no rehuia el choque y conocia los secretos del juego. Su apodo se debia a que en el primer equipo donde jugo CF Lloret, jugaba un Cano un poco mayor, con lo cual al ser el más joven se le apodo como "Canito". En Can Barça no encontró nunca su sitio. Siempre se sintió desplazado, condicionado, señalado, y extraño. Nunca completó su proceso de adaptación, nunca terminó de encajar en el puzzle táctico de su entrenador y acabó por convertirse en uno de los más díscolos del vestuario, hasta el punto de ser sancionado en varias ocasiones por su indisciplina. Canito había llegado como revulsivo, como líder defensivo, como el prototipo de libre con un físico imponente y una jerarquía imperial con la pelota, pero allí topó con la horma de su zapato, el veterano entrenador Helenio Herrera, con el que mantuvo una agria relación. Canito, que llegó como líbero de categoría, no jugó ni un solo partido en esa posición, e incluso llegó a ser alineado por HH como delantero centro en una eliminatoria frente al Valencia, algo que significó la ruptura total entre el futbolista y el entrenador. Herrera recomendó su inminente salida por su indisciplina constante y sus formas extravagantes

- Lo peor es que ni siquiera el Camp Nou le amilanó y explotó en un partido de Copa contra la UE Lleida, cuando, expulsado, abandonó el "Estadi" haciendo un corte de mangas a los aficionados que habían acudido a ver la eliminatoria

- Sus compañeros ("Lobito" Carrasco) explican que entrenaba con la camiseta blanquiazul debajo de la blaugrana y que incluso por inercia a la hora de entrenar conducía su coche a Sarrià en lugar del Camp Nou

- Teniendo todavía ficha con el FC Barcelona, se fue de gira por Suramérica con el Espanyol de Maguregui.

- Tras sufrir otra expulsión en la final del Trofeo Ibérico contra el Atlético de Madrid, bajó a la caseta arbitral de aquel campo de Badajoz y metió la ropa de calle de los colegiados en una bañera llena de agua.

- Una mañana pidió cambio de 5.000 pesetas en billetes de 100, y a cada niño que le pedía un autógrafo le daba 20 duros. Además que cualquiera podía ir de su parte a comer en un conocido restaurante que luego le pasaba la factura

- El momento culmen de los detalles surrealistas del jugador fue el siguiente: El Barça ganaba por un gol a cero y a la misma hora el Espanyol disputaba un importantísimo encuentro en el campo del Hércules donde se jugaba el descenso de categoría. Al poco de comenzar la segunda parte, el marcador del campo azulgrana anunció un gol del Espanyol en Alicante del paraguayo Morel. Canito desde el centro campo celebró el gol de forma efusiva con los brazos abiertos del equipo de sus amores. Aquello acabó por colmar la paciencia de la directiva blaugrana, que lo dió de baja unas semanas después.

- Canito solía presentarse en el Camp Nou con un sombrero y dos perros, mientras que el futbolista no dudaba en reivindicar de manera permanente que era víctima de una persecución personal del técnico, e incluso llegó a alegar que su fútbol estaba condenado al fracaso en el Barça porque nunca había renunciado a ser españolista

- Tras sufrir otra expulsión en la final del Trofeo Ibérico contra el Atlético de Madrid, bajó a la caseta arbitral de aquel campo de Badajoz y metió la ropa de calle de los colegiados en una bañera llena de agua (esta fue militando con el Espanyol)

Murio a los 44 años a causa de las drogas, lo tenía todo pero, la muerte de su padre siendo niño, el abandono de la madre en un hospicio, la escapada de este y entrar en ese mundo oscuro de la delicuencia... Le hizo ser un futbolista que no se atenía a las normas, ni a la disciplina de un club

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