Era verano de 1997 y el Barça se acababa de proclamar campeón de la Copa de España, con Figo como gran protagonista de la final ante el Betis en el Santiago Bernabéu gracias a su doblete. Tocaban elecciones a la presidencia del Barcelona y, como había pasado en años anteriores, Figo pidió revisar su contrato en Can Barça al alza. En medio de las negociaciones, el luso llegó a un acuerdo para irse al AC Milan, que estaba dispuesto a abonar la cláusula de rescisión del portugués. Finalmente Luis Figo renovaba por el club blaugranba a cambio de 60 milones por temporada. Como es lógico el AC el Milan no quiso olvidar el acuerdo que tenía con el jugador y para evitar ir a los tribunales se acordó el traspaso de tres futbolistas con el aval de Van Gaal: Winston Bogarde, Christophe Dugarry, que no entraban en los planes de los italianos y que tampoco triunfaron como blaugranas y Michael Reiziger, que fue el único que se gano la confianza de los aficionados
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