Durante todo su mandato, Josep Lluis Núñez tuvo más conflicto con gran parte del famoso entorno que de los socios asamblearios. Desde los jugadores, de los que aún cuenta defensores y detractores, pasando por los entrenadores y la prensa, a quien llegó a cerrar las puertas del Camp Nou, uno de ellos Alex Botines incluso fue perseguido por la "guardia pretoriana" de sus primeros años... "los morenos". Muchos jugadores tienen buen recuerdo; otros, todo lo contrario. No terminó bien con Maradona, Schuster, ni Ronaldo, tres de sus apuestas, como tampoco lo hizo con Johan Cruyff entrenador, cuando era jugador tenía decidido abandonar al club antes de aquellas elecciones, donde Johan apoyo la candidatura de Núñes, junto con su amigo "Charly" Rexac. Ambos, Johan y Núñez, se cuestionaban continuamente la manera de trabajar, un hecho que acabó comportando la división entre los aficionados que defendían las ideas nuñistas y los que creían en los métodos cruyffistas. La destitución del holandés, en mayo de 1996, fue la gota que colmó el vaso.
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