El 23 de agosto de 2000, ocurria un hecho insolito en ele entrenamiento.
Todo transcurría con normalidad durante la sesión de entrenamiento
cuando un desafortunadísimo comentario de Wiston Bogarde sobre la
tendencia a lesionarse de Nano, en ese momento tendido en el suelo. En
ese momento a Bogarde no se le ocurrió otra cosa que espetarle a Nano:
"Tú en ese tobillo no tienes fuerza. Tranquilo, que no te vas a
recuperar", esto provocó la lógica respuesta del doctor Pruna. El
holandés, lejos de disculparse, se encaró con él. Pruna le contestó:
Deja en paz al chaval y dedícate a lo tuyo que es entrenar, que de lo
mío ya me ocuparé yo"
El defensa y el galeno discutieron durante el entrenamiento del primer equipo barcelonista, pero fue Bogarde quien dio lugar a una escena poco edificante con sus malos modos y que comenzaba a cavar su propia tumba en el equipo blaugrana.
Bogarde que no esperaba esa digna y contundente respuesta, montó en colera. Con una actitud desafiante y amenazadora se dirigió a Pruna, con quien se encaró y a quien incluso llegó a tocar en la cara y en un hombro con uno de sus brazos. El doctor se mostró firme, pero rehuyendo cualquier tipo de contacto físico que pudiese hacer saltar la chispa de la violencia. Cuando Bogarde vio que Pruna no caía en la trampa de la provocación se retiró pero sin dejar de increpar al médico que tantas lesiones le había tratado, mientras permaneció en el club blaugrana.
El defensa y el galeno discutieron durante el entrenamiento del primer equipo barcelonista, pero fue Bogarde quien dio lugar a una escena poco edificante con sus malos modos y que comenzaba a cavar su propia tumba en el equipo blaugrana.
Bogarde que no esperaba esa digna y contundente respuesta, montó en colera. Con una actitud desafiante y amenazadora se dirigió a Pruna, con quien se encaró y a quien incluso llegó a tocar en la cara y en un hombro con uno de sus brazos. El doctor se mostró firme, pero rehuyendo cualquier tipo de contacto físico que pudiese hacer saltar la chispa de la violencia. Cuando Bogarde vio que Pruna no caía en la trampa de la provocación se retiró pero sin dejar de increpar al médico que tantas lesiones le había tratado, mientras permaneció en el club blaugrana.