Enrique Castro "Quini", fue uno de los muchos jugadores españoles que en los años sesenta y setenta se sintió esclavo en la Liga, debido a una norma que la AFE acabó dinamitando en 1979, como era el derecho de retención. Esta norma sólo afectaba a los jugadores españoles, y era utilizada por los clubes para retener a sus futbolistas en el año en que concluía su contrato. A partir de entonces, las entidades podían ejercer el derecho de retención, aplicar un 10% de incremento salarial y extender in aeternum la relación entre las dos partes. El Barça lo fue a buscar para que jugase con Johan Cruyff, pero a pesar de la suculenta oferta, en la que el por entonces presidente Agustí Montal llegó a ofertar unos 50 millones de pesetas, el Sporting de Gijón se negó en banda y echó mano del derecho de retención, que llevó al jugador con amenazar con dejar el fútbol.