El 29 de noviembre de 1979, apenas un año y medio de directivo. Joan Casals, que había participado en las elecciones como rival de Josep Lluis Núñez y que se había unido para facilitar ese triunfo, presentaba su dimisión irrevocable...
Con estas líneas, formalizo oficialmente algo que ya saben sobradamente y que es a la calle con todo su esplendor: mi dimisión como directivo de la Junta de nuestro querido Barça, que preside. No voy a negar que la espoleta decisoria para este estallido, se ha generado en la última reunión de Junta del pasado martes día 27 de noviembre y por vuestra prácticamente personal decisión de una nueva reestructuración de funciones de dicha Junta y por la que yo, quedaba prácticamente anulado.
Y os aseguro rotundamente que mi decisión de ahora, no es pasa por el despecho de verme vejado por este apartamiento en las funciones. Es por la forma en que ha ha hecho, diría que totalmente deshumanizada, desprovistas de un mínimo sentido señorial.
Es muy posible que, si me hubierais consultado, si me hubierais explicado unos razonamientos para su decisión, a pesar de dolerme, yo hubiera continuado, con la eterna esperanza de que, finalmente, pueda trabajar sin trabas en mi nuevo cometido. Con vuestra premeditación lo ha dañado todo. En realidad mi desencanto viene de largo. Viene de comprobar constantemente que una voluntad de trabajo para mi Barça, única guía que me lleva a su Directiva, era siempre frenado o frenada por una serie de contradictorias decisiones que imposibilitaban una positiva continuidad de trabajo, haciéndolo negativo.
Encima, hemos tenido que contemplar asombrados, como por su forma personalísima de llevar el club, que muchos han calificado de dictatorial, que empobrece la imagen de nuestro Barça, con unos inútiles enfrentamientos, a toda los niveles del Estado español.
Por todo ello, me siento decepcionado, entristecido y desilusionado. Voy creer en vos, porque veía en su persona unas alternativas de cambio que eran necesarias, entendiendo, en nuestro Barça. lnsisto, me siento decepcionado, entristecido y desilusionado. Mi decisión de dimitir, es pues irrevocable.
Vuestro, Joan Casals i de Villar
VIVA EL BARCA !!
(traducida, estaba en catalan, perdonar si hay errores)