Sucedió en la semana previa a la final de la Copa del Rey de 1983 que
enfrentaría en La Romareda al FC Barcelona con el Real Madrid. Días
antes, Maradona y Schuster estaban invitados a participar en el partido
despedida de Paul Breitner a disputarse en Alemania. Sin embargo, Josep
Lluis Nuñez no estaba por la labor de dejar asistir al mismo a dos de
las figuras de su equipo:
- "Si el Madrid no cede a Santillana, pues nosotros tampoco a ustedes", se justificaba Josep Lluis Núñez ante los jugadores
Por aquellos días, el Barcelona (como otros clubs) tenía en sus oficinas los pasaportes de algunos jugadores, para evitar un despite en un desplazamiento. Por eso cuando Maradona llamó para solicitarlo, lo único que recibió fueron largas del club.
A los dos días cansado, Maradona se personó en la sede del club en busca de Núñez, pero la respuesta que le dieron fue la de que no se encontraba ahí; por desgracia Maradona había visto el coche y al chofer del Presidente aparcado dentro del recinto deportivo
- ¿Así que el Presidente no quiere dar la cara? Yo voy a esperar cinco minutos... Si no me dan el pasaporte, todos estos trofeos que están acá los voy a tirar uno por uno", amenazó Maradona
Dicho y hecho. El pelusa, espoleado por Schuster, que se encontraba con él, agarró un trofeo Teresa Herrera, y lo estampó en el suelo. Schuster le comento:
- "Tú estás loco"
- "Sí, estoy loco, porque no me pueden sacar el pasaporte. Y cuando pasen más segundos, más minutos, más trofeos voy a tirar".
Finalmente, la suerte se alio con el FC Barcelona y su presidente, y a pesar de que le devolvieron el pasaporte, no pudo acudir al homenaje debido a una cláusula de la Federación Española, que también afectó a Santillana, citado para el mismo encuentro.
A partir de aquel día, si la relación entre el presidente blaugrana y el astro argentino estaba de sobra deteriorada por el estilo de vida del argentino, este incidente significó el principio del fin de la misma.
- "Si el Madrid no cede a Santillana, pues nosotros tampoco a ustedes", se justificaba Josep Lluis Núñez ante los jugadores
Por aquellos días, el Barcelona (como otros clubs) tenía en sus oficinas los pasaportes de algunos jugadores, para evitar un despite en un desplazamiento. Por eso cuando Maradona llamó para solicitarlo, lo único que recibió fueron largas del club.
A los dos días cansado, Maradona se personó en la sede del club en busca de Núñez, pero la respuesta que le dieron fue la de que no se encontraba ahí; por desgracia Maradona había visto el coche y al chofer del Presidente aparcado dentro del recinto deportivo
- ¿Así que el Presidente no quiere dar la cara? Yo voy a esperar cinco minutos... Si no me dan el pasaporte, todos estos trofeos que están acá los voy a tirar uno por uno", amenazó Maradona
Dicho y hecho. El pelusa, espoleado por Schuster, que se encontraba con él, agarró un trofeo Teresa Herrera, y lo estampó en el suelo. Schuster le comento:
- "Tú estás loco"
- "Sí, estoy loco, porque no me pueden sacar el pasaporte. Y cuando pasen más segundos, más minutos, más trofeos voy a tirar".
Finalmente, la suerte se alio con el FC Barcelona y su presidente, y a pesar de que le devolvieron el pasaporte, no pudo acudir al homenaje debido a una cláusula de la Federación Española, que también afectó a Santillana, citado para el mismo encuentro.
A partir de aquel día, si la relación entre el presidente blaugrana y el astro argentino estaba de sobra deteriorada por el estilo de vida del argentino, este incidente significó el principio del fin de la misma.