El 7 de mayo de 1986 el portero Helmuth Duckadam se convirtió en un
héroe en Rumanía. Practicamente el solo gana la Copa de Europa para el
Steaua de Bucarest, en la final de Sevilla.
Duckadam regresó a Rumanía convertido en un héroe nacional. Por encima de los Lacatus, Piturca, Balan, Belodedici, Balint y el resto del equipo. Y empezó el calvario del meta rumano.
Hay dos versiones de lo que ocurrió en aquellos días posteriores a esa final.
Pocos días después, curiosamente, Duckadam, que contaba con 26 años y estaba en el mejor momento de su carrera, anunció que se retiraba porque sufría trombosis en el brazo, esa era la versión oficial. Pero para el pueblo rumano existe una "leyenda urbana, extra oficial":
Dice la leyenda urbana que Duckadam fue agasajado por Ramón Mendoza con un Mercedes último modelo en agradecimiento por su actuación en la final europea contra el eterno rival culé.Ya esto suena un poco "raro" ,pero hay que recordar que Ramón Mendoza era todo un personaje pintoresco capaz de eso y de mucho más en un arranque de generosidad. Alguna vez se le vio con los ultras cantando aquello de: "Boti, boti, boti catalan quien no boti"
Según cuentan, el regalo de Mendoza a Duckadam no gusta ni un pelo a Nicolau Ceaucescu, el Dictador de Rumanía por aquellos años. Ceaucescu no podía consentir que un simple futbolista presumiera de lujos occidentales como esos ante la población y por eso le pide al jugador que devuelva el automóvil al Presidente del Real Madrid. (en otras es su hijo, Nicu, quien se encapricha del vehiculo...)
Este se negó y es ahí cuando cae en desgracia para el Régimen comunista rumano. Crispado por aquél acto de insolencia, Nicolau Ceacescu (o su malcriado hijo Nicu) decidío enviarle a unos miembros de la Securitate (policía estatal), que le secuestraron y con un martillo le rompieron los diez dedos de las manos, esas manos que habían llevado a su equipo a lo más alto de la gloria. A desmentirlo no ayudó el hecho de que el "torturado" se esfumara durante dos años sin dar señales de vida en el deporte rumano
Regresó a Arad, cerca de su ciudad natal en 1989, para juga en el Vagonul Arad. En una entrevista concedida después de la caída del régimen comunista, Duckadam reconoció que tuvo que retirarse por una trombosis en su brazo derecho, por la que fue ingresado en urgencias el 12 de julio de 1986 y que incluso estuvo a punto de costarle la amputación.
Duckadam regresó a Rumanía convertido en un héroe nacional. Por encima de los Lacatus, Piturca, Balan, Belodedici, Balint y el resto del equipo. Y empezó el calvario del meta rumano.
Hay dos versiones de lo que ocurrió en aquellos días posteriores a esa final.
Pocos días después, curiosamente, Duckadam, que contaba con 26 años y estaba en el mejor momento de su carrera, anunció que se retiraba porque sufría trombosis en el brazo, esa era la versión oficial. Pero para el pueblo rumano existe una "leyenda urbana, extra oficial":
Dice la leyenda urbana que Duckadam fue agasajado por Ramón Mendoza con un Mercedes último modelo en agradecimiento por su actuación en la final europea contra el eterno rival culé.Ya esto suena un poco "raro" ,pero hay que recordar que Ramón Mendoza era todo un personaje pintoresco capaz de eso y de mucho más en un arranque de generosidad. Alguna vez se le vio con los ultras cantando aquello de: "Boti, boti, boti catalan quien no boti"
Según cuentan, el regalo de Mendoza a Duckadam no gusta ni un pelo a Nicolau Ceaucescu, el Dictador de Rumanía por aquellos años. Ceaucescu no podía consentir que un simple futbolista presumiera de lujos occidentales como esos ante la población y por eso le pide al jugador que devuelva el automóvil al Presidente del Real Madrid. (en otras es su hijo, Nicu, quien se encapricha del vehiculo...)
Este se negó y es ahí cuando cae en desgracia para el Régimen comunista rumano. Crispado por aquél acto de insolencia, Nicolau Ceacescu (o su malcriado hijo Nicu) decidío enviarle a unos miembros de la Securitate (policía estatal), que le secuestraron y con un martillo le rompieron los diez dedos de las manos, esas manos que habían llevado a su equipo a lo más alto de la gloria. A desmentirlo no ayudó el hecho de que el "torturado" se esfumara durante dos años sin dar señales de vida en el deporte rumano
Regresó a Arad, cerca de su ciudad natal en 1989, para juga en el Vagonul Arad. En una entrevista concedida después de la caída del régimen comunista, Duckadam reconoció que tuvo que retirarse por una trombosis en su brazo derecho, por la que fue ingresado en urgencias el 12 de julio de 1986 y que incluso estuvo a punto de costarle la amputación.