Al final se disputó en Windsor Park, campo del Linfield, a puerta cerrada para que el campo del Distillery había sufrido un incendio. En realidad, un pequeño artefacto explotó pocos días antes de la llegada de los blaugranas, pero las crónicas no quisieron añadir más incertidumbre sobre los acontecimientos.
En un viaje relámpago a Londres a primeros de septiembre, se entrevistó con mandatarios de la UEFA que no atendieron a las peticiones de Agustí Montal de jugar en un campo neutral. Hasta ofreció disputar los dos partidos en el Camp Nou repartiendo las recaudaciones con el Distillery. Los jugadores y sus familias recibían informaciones a través de las noticias de los 'Troubles' (disturbios) que se convertían en Irlanda de Norte y la intranquilidad se apoderó de vestuario
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