Nada nuevo en el firmamento de 'can Barça' por donde han desfilado hasta 35 futbolistas brasileños. Algunos auténticos pioneros, estrellas lejanas ya extinguidas como los desaparecidos Fausto dos Santos, Jaguaré Becerra o Lucidio Batista da Silva y que defendieron la camiseta blaugrana en los años treinta del siglo XX. Otros son auténticas supernovas, talentos que maravillaron al mundo. Evaristo, la samba del equipo de Helenio Herrera, Kubala y Suárez; Romario, el mago del 'Dream team'; Rivaldo, el genio que sostuvo, él solo, al decadente Barça de inicios del siglo XXI y que a los 40 años aún quiere jugar; o Ronaldinho, que lo resucitó con su sonrisa y su fútbol. Tampoco se puede olvidar a Ronaldo, la estrella fugaz que, durante una temporada, ilumino el Camp Nou.
Junto a estos astros, el barcelonismo disfrutó de luminarias como Giovanni Silva, Sonny Anderson o Deco da Souza, futbolistas completos que hacían subir un punto la calidad del equipo en el que jugaban. Y satélites de lujo, brasileños de pura cepa que aportaban el talento futbolístico inherente a la escuela de su país con una profesionalidad intachable en casi todos los casos: Sylvinho, Belletti, Edmílson...
Claro, que no todos los brasileños que vistieron de blaugrana pudieron triunfar. Algunos marcados por el infortunio; otros porque el pasaporte no sirvió para enmascarar que no tenían en sus botas el fútbol suficiente para jugar en el Camp Nou. Algunos quedaron en una nebulosa, como Rochemback, Geovanni o Bio o el pese a todo mítico Roberto "Dinamita" Otros fueron devorados por la implacable ley del fútbol, como Triguinho, Marcello, Keirrison o Cleo; auténticos 'agujeros negros' en el firmamento del Barça.
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