Nacio en Tarazona (Zaragoza), el 9 de marzo de 1888 - Fallecio en
Barcelona, el 26 de julio de 1962. Fue una cantante y actriz de cine
aragonesa, uno de los mitos de la canción popular y del cine mudo
español. Conocida en un principio como "La Bella Raquel" y más tarde por
"Raquel Meller", debutó en el mundo del espectáculo sobre los
escenarios del Paralelo de Barcelona. Su capacidad de seducción y su
manera de hacer suyo aquello que cantaba la convirtieron en estrella en
poco tiempo. Incluso París fue sensible a sus encantos. Dos cuplés,
especialmente, han quedado para siempre asociados a su nombre, ambos del
maestro Padilla: "La violetera" y "El relicario".
En el mundo del cine español, ávido de rostros populares sobre los que
sostener la escuálida producción de la época, dio su primer paso en Los
arlequines de seda y oro (1919), de Ricardo de Baños, que logró una
excelente acogida gracias a su protagonista. Esta película fue
distribuida con mucho menos metraje en el extranjero con el título La
gitana blanca. Raquel se trasladó a partir de este momento a París, y
compaginó a lo largo de los siguientes años su actividad en el escenario
con la participación en películas como La rosa de Flandes (1922) y
Violetas imperiales (1924), ambas de Henry Roussel, o Carmen (1926), de
Jacques Feyder, entre otras.
Estuvo en Hollywood y rodó varios cortometrajes con canciones. Tras la
consolidación del cine sonoro sólo intervino en una nueva película, una
nueva versión de Violetas imperiales (1932), firmada también por
Roussel. De su repertorio musical cabe destacar Agua que no has de beber
y Mala entraña, compuestas por Martínez Abades; El relicario, de
Oliveros, Castellvi y Padilla; y La violetera, de Montesino y Padilla.
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