El 23 de mayo de 2009, en la fiesta de la conquista de la Liga y la
Copa, que tuvo lugar en el Camp Nou, a sólo cuatro días de jugar y ganar
la final de la Champions League en Roma contra el Manchester United,
"Piquenbauer" tomó el micrófono y, sin que los enfervorizados
aficionados "culés" supieran nada, lanzaba una indirecta a la cúpula
madridista. "Boti, boti, boti, madridista qui no boti", cantaba en
catalán el canterano provocando el delirio en las gradas del Estadi, que
durante toda la temporada, y sobre todo en el tramo final de la
temporada, había encumbrado a Gerard Piqué como uno de sus grandes
ídolos. El catalán ya había dado largas a Florentino pero quiso que
quedara todavía más claro.
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