Si hay un futbolista que resuma lo que es ser un hombre de club ese es
Guillermo Amor. El chaval que con 14 años sustituyó a Maradona en la
inauguración del Mini Estadi, hizo en 1992 uno de los sacrificios más
recordados de la historia del club, en el partido que supuso la
clasificación para la final de Wembley. Cometió, precisamente ante el
Benfica, una falta que le costó la amarilla que le dejaba sin
finalísima. Su abnegación le fue reconocida un cuarto de siglo después:
Amor fue titular en el partido de homenaje, con su habitual "10" a la
espalda.
Cap comentari:
Publica un comentari a l'entrada