Tambiém hubo un guiño de la historia. Julio Salinas siempre ha presumido
de hacer la mejor jugada de la final de Wembley, aquella en que salió
no se sabe cómo de un laberinto de piernas de la Sampdoria antes de
encontrar la frustrante manopla de Gianluca Pagliuca para robarle la
gloria del gol de la primera Copa de Europa del Barça. Ese honor le
correspondió a Koeman, que recientemente bromeaba con lo pesado que se
habría puesto Julito si llega a ser el autor. Pues bien, en el descanso
del duelo entre las leyendas del Barça y del Benfica, los hijos de los
cracks disputaron un partidillo. ¡Y marcó Salinas! Aitor. Ya tienen
anécdota para la comida familiar de cada Navidad.
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