El 23 de abril de 2017, se jugaba la vuelta del "Clásico" liguero en el Bernabeu. Según informaba el diario Marca, el Real Madrid sospechaba (o mejor dicho, creía a pies juntillas) que son aficionados que compraron su asiento después de adquirirlo a través de empresas dedicadas a la reventa de abonos. Eran aproximadamente unos 2.000 asientos, los que estaban en manos de unas compañías que se dedican, primero, a captar de abonados del Real Madrid estos carnets y, luego, a revenderlos a un precio mucho mayor que el que los habian comprado. Todo salio cuando en el "Clásico", del Bernabéu se daba una curiosa escena cuando un aficionado con la camiseta del Real Madrid, fue cazado festejando el último gol de Messi. Algo que la LFP no permite que ambas aficiones puedan coincidir en un sector
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