Pep Guardiola es un perfeccionista y eso de demuestra, cuando incluso preguntó a Carles Naval, delegado del equipo blaugrana, cuanto tiempo disponía para lanzar su último mensaje antes del partido.
Casi dos horas antes de que el Barça se conviertiese en hexacampeón, sentó a sus jugadores y les pronunció la siguiente frase:
- "Si perdemos, continuaremos siendo el mejor equipo del mundo. Si ganamos, seremos eternos".
Los jugadores saltaron al campo muy motivados y volvieron a demostrar por enésima vez, que por muy mal que empiecen las cosas, el trabajo, la constancia y el espíritu mezclado con una gran dósis de confianza, acaban dando sus frutos.
Y es que no cabe duda de que aquel equipo, que había dado una lección de fútbol a sus rivales, y nos proporciono a todos (barcelonistas, madridistas, futboleros y no futboleros) una gran enseñanza sobre como luchar en nuestras propias vidas. Un entrenador que ha impuesto su modo de jugar allá donde ha entrenado
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