Sólo tres cosas distinguia a Neeskens del resto de mortales, su pelo largo adornado con aquellas patillas al estilo "Curro Jimenez", jugar siempre con la camiseta por fuera (hoy tendría problemas con los árbitros) y por unos venajes blancos que llevaba por encima de las medias, cosa que en un principio creaba un poco de molestar por el color. Era como un "mediocentro" de los de antes con unas condiciones físicas extraordinarias, con una entrega y derroche físico espectacular, que no le impedía dominar el juego con ambos pies, en cuyos tobillos destacaban esas vendas blancas por encima del azul de las medias blaugranas. El masajista Angel Mur (hijo) explico que usaban "tensoplast", una venda adhesiva, para hacerle un vendaje "semirrígido" en forma de ocho. Era una medida para evitar las torceduras de tobillo, habituales en los saltos con el contrario
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