Finalizando la temporada 1952/53, el Gimnastic de Tarragona había descendido a la tercera y se encontraba en serios problemas ecónomicos. La Junta Directiva decidió pedir ayuda al FC Barcelona a cambio de convertirse en filial blaugrana. El Presidente del equipo blaugrana Martí Carretó, rechazó toda posibilidad del equipo granate. Finalmente tampoco llegó la inyección económica solicitada desde Tarragona para aliviar las penurias de una "caixa" vacia del Nastic, los descensos casi consecutivos de primera a segunda, y de segunda a tercera en pocos años habían provocado ese descenso en la masa social y en la economía del club
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