Lo sucedido el 9 de marzo de 1980 en la Ciudad Deportiva del Madrid,
resultó chocante: tras empatar a 93 con el FC Barcelona, la afición
blanca despidió a los blaugranas con una ovación. "El público madrileño,
que llenaba el pabellón, así lo ha reconocido con su ovación final al
equipo visitant", escribia en su cronica Juan Antonio Casanova Muñoz en
"La Vanguardia". En la vuelta, ganó con cierta claridad el Barça y el
periodista. Por lo visti no gustó una decisión del árbitro auxiliar, a
quien le tiraron diversos objetos, especialmente monedas; una de ellas
le dio en el rostro y le hizo un corte. Aquel árbitro era nada menos que
José Luis Chaves, hermano del político andaluz y Presidente de la Junta
años más tarde, Manuel Chaves y del ex Director General del CDB
Sevilla, Leo Chaves. Aquella Copa de España la ganaría el equipo
blaugrana al derrotar en la final al Manresa Basket 92 -83
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