El 5 de octubre de 1986, Miguel Muñoz convocaba a los internacionales del FC Barcelona y no solo se conformaba con los Zubizarreta, Roberto, Carrasco... e incluso a Angel Mur. Ese día el seleccionador pedía prestado al club blaugrana al cocinero de "La Masia", para el viaje que realizaría la selección a Albanía. España tenía que jugar en Tirana el día tres de diciembre en partido clasificatorio para la Eurocopa Alemania'88 y Miguel Muñoz quería contar al mismo cocinero que se llevó el equipo blaugrana en sus andanzas albanesas para jugar contra el Flamurtari de Vlorë y no era otro que Avelino Blasco, el excelente especialista culinario de "La Masía". Avelino, durante la estancia del club blaugrana, se entendió a las mil maravillas con sus colegas albaneses y sacó gran partido de las "materias primas" de ese enigmático país, por aquellos días casi desconocido para los europeos occidentales. De esta manera, cuando el cocinero local preparaba tallarines, Avelino los aderezaba con una salsa de su cosecha. Y al revés, otras veces era Avelino quien se encargaba de la carne y la salsa era de receta albanesa. Eso hizo que el Barcelona, en Vlorë, comiese y cenase "casi" como en La Masía
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