El 9 de octubre de 1980, los entornos, del Camp Nou recobraron el ritmo habitual tanto en el rectángulo de juego en los anexos a La Masía coma en la espalda de la tribuna, donde las máquinas y los hombres conferían una actividad febril entre cables, arena y hormirgón. Los componentes de la plantilla tuvieron que buscar distintos vericuetos para llegar al lugar de entrenantiento y el ir y venir de los anónimos hombres del casco se mezclaban con quienes tal vez sean sus ídolos un domingo a la tarde. A pesar de los problemas Ladislao Kubala cubría ampliamente la matinal. Dos horas de ejercicios, de pruebas físicas, de contactos con el balón, disparos sobre los porteros. En un principio, la plantilla creía que la sesión de la tarde donde se realizaría la sesión, pero dadas las dificultades... Laszy Kubala concretó toda la sesión matinal para cubrir el día
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