Hasta tres veces itentó el Barça de Venables y... a la tercera fue la
vencida. Con apuros, en la prórroga, los blaugrana conquistaban el
galardón, que no ganaban desde el año 1981, precisamente también frente
al Real Mallorca en la final. Las derrotas de 1984 y de 1985 ante la
Universidad Católica de Chile y el Gremio de Porto Alegre,
respectivamente, habían "escocido" lo suyo y esta vez el equipo había
forzado la prórroga y amarró la victoria para librarse del tropiezo que
hubiese supuesto perder ante un equipo recién ascendido.
Pero el "gafe" duraba hasta el final. Y así, hasta Víctor Muñoz, se lastimó cuando, al levantar el trofeo, se le cayó encima la tapa de la Copa, que pesaba lo suyo. Y recibió un fuerte golpe en la cabeza que, tal como relato el vicepresidente Mussons hizo que tuviese que ponerse una bolsa de hielo en el vestuario. Fue como la pequeña "venganza" de un trofeo que no quería venir a Barcelona y que se resistió "golpeando" de esta forma al capitán blaugrana. Por fortuna la cosa no pasó a mayores y al cabo de poco rato a Víctor ya se le había pasado la "jaqueca"
Pero el "gafe" duraba hasta el final. Y así, hasta Víctor Muñoz, se lastimó cuando, al levantar el trofeo, se le cayó encima la tapa de la Copa, que pesaba lo suyo. Y recibió un fuerte golpe en la cabeza que, tal como relato el vicepresidente Mussons hizo que tuviese que ponerse una bolsa de hielo en el vestuario. Fue como la pequeña "venganza" de un trofeo que no quería venir a Barcelona y que se resistió "golpeando" de esta forma al capitán blaugrana. Por fortuna la cosa no pasó a mayores y al cabo de poco rato a Víctor ya se le había pasado la "jaqueca"
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