El 23 de julio de 1974, en Zurich (Suiza) se celebraba el sorteo de las
competiciones europeas. A las doce en punto, hora local, se iniciaban
los actos que habían de culminar con el sorteo de las competiciones
europeas, bajo la presidencia del italiano Artemio Franchi y en ausencia
de Joao Havelange, máximo dirigente del fútbol mundial que, pese a que
prometió su asistencia, no acudió a la cita. Abriría la sesión el señor
Franchi que daba la bienvenida a los asistentes y, sobre todo, animando a
la prensa a que colaborara a la campaña iniciada por la UEFA para
desterrar la violencia de los estadios de fútbol.
Aquel día el Barcelona volvía a la Copa de Europa después de su última participación, en la triste final de los "palos cuadrados" ante el Benica portugués. Los representantes del FC Barcelona en este sorteo eran Agustin Montal y Armand Caraben. Uno a uno, fúeron emparejándose los equipos más brillantes de cada competición nacional y hasta el boleto número catorce; precisamente el último, el nombre del F Barcelona saltaba a la palestra. El rival era el campeón austríaco Voest Linz. Un equipo nuevo en el firmamento del fútbol europeo, pero de una reconocida potencia
Aquel día el Barcelona volvía a la Copa de Europa después de su última participación, en la triste final de los "palos cuadrados" ante el Benica portugués. Los representantes del FC Barcelona en este sorteo eran Agustin Montal y Armand Caraben. Uno a uno, fúeron emparejándose los equipos más brillantes de cada competición nacional y hasta el boleto número catorce; precisamente el último, el nombre del F Barcelona saltaba a la palestra. El rival era el campeón austríaco Voest Linz. Un equipo nuevo en el firmamento del fútbol europeo, pero de una reconocida potencia
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