El final de la temporada 1970-1971 fue apasionante. El Valencia con 43
puntos, el FC Barcelona con 42 y el Atlético de Madrid con 41 llegaron a
la última jornada con posibilidades de ser campeones. El Valencia
jugaba en Sarrià contra el RCE Espanyol y dependía de sí mismo para
llevarse el campeonato. Con un empate le bastaba, ya que superaba los
azulgranas para la media de goles particular. El Atlético de Madrid y el
Barça jugaban entre ellos el Manzanares; la derrota del Valencia daba
la Liga al vencedor de este duelo que, en el caso de los madrileños, el
promedio de goles particular les era favorable. La semana previa estuvo
marcada por todo tipo de declaraciones y especulaciones en torno a la
prima que debían recibir los jugadores del Espanyol para vencer en un
partido en el que no se jugaban nada.
Incluso un diario deportivo provocó una fotografía en la que se veía el entrenador del FC Barcelona, Vic Buckingham, de rodillas, rogando al técnico del Espanyol que ganara el Valencia. Al descanso se llegaba con empate a cero en los dos campos. El Valencia era campeón, en ese momento. En el minuto 14 de la segunda parte, Martí Filosia remató a gol un córner. Pero 4 minutos después, Luis Aragonés hacía el empate. Y al cabo de un minuto, Lamata avanzaba el Espanyol. Tres goles en 5 minutos que no cambiaban nada. Barça y Atlético necesitaban ganar para llevarse la Liga, ya que las noticias que llegaban desde Barcelona decían que el Valencia perdria. Vicente Calderón ofreció a Agustí Montal jugarse la victoria a cara o cruz, pero el presidente blaugrana, entendiendo que era una broma, le siguió la corriente y lo rechazó. Culés y colchoneros daban una lección de juego limpio. Y el Valencia conseguía la Liga. Pero los jugadores del Espanyol, cobraron su doble prima, colchonera y cule, por hacer su trabajo
Incluso un diario deportivo provocó una fotografía en la que se veía el entrenador del FC Barcelona, Vic Buckingham, de rodillas, rogando al técnico del Espanyol que ganara el Valencia. Al descanso se llegaba con empate a cero en los dos campos. El Valencia era campeón, en ese momento. En el minuto 14 de la segunda parte, Martí Filosia remató a gol un córner. Pero 4 minutos después, Luis Aragonés hacía el empate. Y al cabo de un minuto, Lamata avanzaba el Espanyol. Tres goles en 5 minutos que no cambiaban nada. Barça y Atlético necesitaban ganar para llevarse la Liga, ya que las noticias que llegaban desde Barcelona decían que el Valencia perdria. Vicente Calderón ofreció a Agustí Montal jugarse la victoria a cara o cruz, pero el presidente blaugrana, entendiendo que era una broma, le siguió la corriente y lo rechazó. Culés y colchoneros daban una lección de juego limpio. Y el Valencia conseguía la Liga. Pero los jugadores del Espanyol, cobraron su doble prima, colchonera y cule, por hacer su trabajo
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