El afecto que el vestuario y la afición culé sentían por Emmanuel
Amunike quedaba patente en la mayoría de las visitas a la plaza de Sant
Jaume, tras la consecución de un título, en la primera cita, para
ofrecer la Recopa del 97, la afición ovacionó un largo discurso en
inglés del nigeriano. Al mes siguiente, con la Copa de España del
Santiago Bernabéu en las vitrinas (3-2 al Betis), "Manolo" salía a
hombros de sus compañeros, en una escena muy divertida. Aunque no pudo
contribuir sobre el césped en la conquista de la liga 1997/98, se
destapó con el "¡Campiolones!" desde uno de los balcones de la Plaça
Sant Jaume. Amunike estuvo ausente en las dos últimas celebraciones en
el Ayuntamiento y la Generalitat, pero sus compañeros y la afición le
homenajearon de manera simpática. Su amigo el "Pitu" Abelardo, en la
conmemoración del doblete del 98 (Liga y Copa de Van Gaal), le
recordaba, con cariño, con una brillante imitación de su famoso y
erróneo cántico
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