Sucedió un lunes 24 de abril de 2000, a las 21 horas. Fue uno de los capítulos más
surrealistas en la historia reciente del FC Barcelona y de la RFEF. El
equipo de Van Gaal había caído en la semifinal, ida, ante el Atlético de
Madrid por 3-0. La final se había puesto muy cara, ¿misión
imposible?... Las noches mágicas del Camp Nou, son eso. No hablo de que
se pudiera remontar. Aunque al final a lo mejor hay sorpresa. Sin
embargo, en lugar de hablar de remontada, empezó a hablarse de la
imposibilidad de jugar el partido. La razón esgrimida desde la entidad
fue la falta de efectivos, pues al técnico holandés sólo le quedaban
once profesionales y, entre ellos, dos porteros. El duelo estaba
programado para el día 25, pero la RFEF lo adelantó al 24 tras la
protesta del Barça realizada el día 18 al saber que no podría disponer
de suficientes jugadores para afrontar el reto dado que tenía varios
lesionados (Luis Enrique, Amunike y Ronald de Boer [de estos se decian
que sus "lesiones eran falsas, pero el 29 de abril, tampoco jugaron la
liga en el enfrentamiento en el Calderon]) y otros concentrados con sus
respectivas selecciones (Reiziger, Zenden, Frank de Boer, Kluivert,
Cocu, Bogarde, Figo, Litmanen y Rivaldo). Y por si fuera poco, la
Federación sólo permitía alinear tres jugadores con ficha del filial
(caso de Xavi, Gabri y Puyol) para no adulterar la competición. En estas
circunstancias la Federación siempre (ante la falta de efectivos)
aplaza el partido. El día 25 era fecha FIFA, pero además el Barcelona y
el Atletico habían jugado el Viernes Santo, y ambos perdian jugadores
que eran titulares en sus onces respectivos.
Así las cosas, intentando demostrar el Barça que no tenía ‘material humano’ para jugar, saltó al campo, sin entrar en él, con Hesp, Puyol, Abelardo, Déhu, Sergi, Xavi, Guardiola, Gabri, Simao y Dani, quedando Arnau como único suplente. El Atlético y el árbitro (Díaz Vega) sí ingresaron en el rectángulo de juego. Ante la perplejidad de la situación, el juez esperó los 20 minutos preceptivos antes de suspender el duelo.
Así las cosas, intentando demostrar el Barça que no tenía ‘material humano’ para jugar, saltó al campo, sin entrar en él, con Hesp, Puyol, Abelardo, Déhu, Sergi, Xavi, Guardiola, Gabri, Simao y Dani, quedando Arnau como único suplente. El Atlético y el árbitro (Díaz Vega) sí ingresaron en el rectángulo de juego. Ante la perplejidad de la situación, el juez esperó los 20 minutos preceptivos antes de suspender el duelo.
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