Rexach explica en su libro "Ara parlo yo" (Ahora hablo yo), que el
impacto que supuso la muerte de aquel extraordinario ídolo uruguayo que
fue Julio César Benítez y rechaza la versión oficial que se dio en su
muerte: por ingerir unos mejillones en mal estado. Así lo dijo el club, y
así lo publicó la prensa, la radio y la televisión de la época. Benítez
murió con el hígado destrozado de tanto beber. Acudió a entrenar un
miércoles (el domingo jugaban ante el Real Madrid) pero ya no pudo
entrenar. No tenía fuerzas para hacerlo. Yo estaba aquel día allí.
Entonces, a los entrenamientos, íbamos cuatro y el gato. Esa mañana,
todos sus compañeros lo vieron fatal. Menos un directivo que allí estaba
y me reservo su nombre.
- "Va, no es nada. Es lo de siempre". El médico del club le dio una inyección de no sé qué... y acabaron trasladándolo urgentemente al Hospital de la Cruz Roja. De allí, ya no salió. No explicaron los servicios médicos qué tipo de inyección le habían aplicado, ni la directiva quiso aclarar nunca su muerte".
José Antonio Zaldúa, excompañero tambien confirma la teoria de "Charly": "Ni envenenamientos, ni mejillones. Todos sabíamos que Benítez tenía el hígado muy mal. Con lo grandote y buena persona que era, no se cuidaba nada. Estaba sin defensas".
La historia riza el rizo y el misterio revive cuando ocho años después, en el verano de 1976, el futbolista también uruguayo, también procedente del Real Valladolid y también lateral solo que en la banda izquierda, Alfredo Amarillo Kechichian, firma su contrato con el FC Barcelona.
Conoció inmediatamente la historia de su compatriota y comenzó a visitar su tumba para dejarle flores. Sus visitas se fueron haciendo cada vez mas frecuentes y poco después afirmaba que Benítez le hablaba desde el mas allá, que incluso se reencarnaba en su mujer, que le hablaba con su voz y que le afirmaba en aquellas conversaciones de ultratumba que había sido envenenado
- "Va, no es nada. Es lo de siempre". El médico del club le dio una inyección de no sé qué... y acabaron trasladándolo urgentemente al Hospital de la Cruz Roja. De allí, ya no salió. No explicaron los servicios médicos qué tipo de inyección le habían aplicado, ni la directiva quiso aclarar nunca su muerte".
José Antonio Zaldúa, excompañero tambien confirma la teoria de "Charly": "Ni envenenamientos, ni mejillones. Todos sabíamos que Benítez tenía el hígado muy mal. Con lo grandote y buena persona que era, no se cuidaba nada. Estaba sin defensas".
La historia riza el rizo y el misterio revive cuando ocho años después, en el verano de 1976, el futbolista también uruguayo, también procedente del Real Valladolid y también lateral solo que en la banda izquierda, Alfredo Amarillo Kechichian, firma su contrato con el FC Barcelona.
Conoció inmediatamente la historia de su compatriota y comenzó a visitar su tumba para dejarle flores. Sus visitas se fueron haciendo cada vez mas frecuentes y poco después afirmaba que Benítez le hablaba desde el mas allá, que incluso se reencarnaba en su mujer, que le hablaba con su voz y que le afirmaba en aquellas conversaciones de ultratumba que había sido envenenado
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