El 28 en marzo de 1983, se exponía en el "museu", una pequeña gran obra
maestra de un aficionado, que recibiría dos entradas para presenciar el
Barca-Real Madrid, del día 26 de marzo,ese fue el "pago" por 370 horas
de trabajo. Antonio Rey García, de Cerdanyola del Vallés, regalaba en
efecto, su pequeño Camp Nou, confeccionado con 180.000 palillos, al
Museu del club blaugrana. Y a cambio, el mencionado Antonio Rey pudo
asistir a un "derby" que, además terminaba con la victoria de sus
colores (2-1) y su premio, esas entradas donadas por el Barcelona. Ese
pesaba 22, kilogramos y tenía como medidas 112x88 cm. Toda úna joya
artística y de paciencia que se incluiría en las vitrinas del Can Barça,
con el resto de títulos consguido.
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