En la liga nacional, hay muchos estadios míticon cada uno con su
historia personal e intransferible. Uno de ellos y con gran solera en
otras categorías del deporte rey es Ipurua, el estadio del Eibar. El
equipo guizpucuano ascendio la pasada temporada a primera división. Cada
partido que se disputa en Ipurua es una fiesta, un regalo para la
barriada de vecinos que vive alrededor del estadio. Detrás de una de las
porterías se encuentra la ciudad deportiva armera, donde entrena y
trabaja el primer equipo y donde juegan las categorías inferiores. Dos
bloques de viviendan vigilan desde su altura todo lo que acontece sobre
el rectángulo de juego. Abonos "vip" y vecinos con suerte, abarrotan los
balcones cada día que el Eibar sale a jugar a Ipurua. En estas dos
temporadas, incluso aficionados culés, han utilizadosu amistad con
algunos de los porpietarios, para poder ver el partido desde esa
privelegiada posición
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