El 20 de diciembre de 1982, Josep Lluis Nuñez, ratificaba a Udo Lattek
como entrenador. La segunda derrota consecutiva del Barcelona en aquella
liga (contra la UD Las Palmas) y, sobre todo, la impresión entre el
gran público de que el equipo, pese a la ausencia de Maradona (por la
hepatitis) y el "handicap" de la lenta recuperación de Schuster, no
rendía cuanto de él podía esperarse, había creado, una vez más, un clima
polémico en torno a la figura del entrenador blaugrana, esta vez, Udo
Lattek. Sin embargo, y de acuerdo con lo que el propio presidente había
dicho unos días antes al propio Lattek, este continuaría y comería en
Barcelona los clásicos turrones. De todas formas, su continuidad
dependía, en buena parte, de los resultados que se obttuvieran en los
dos próximos encuentros del Campeonato y que se jugarian en el Camp Nou
contra CAt. Osasuna (2 de enero) y CF Valencia (9 de enero)
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