El 17 de diciembre de 1996, a pesar de que el equipo de Robson, mantenía
una buena línea de resultados, no acababa de convencer. El entorno al
que desde el club le responsabilizaba de todos los problemasque
perturbaban la tranquilidad del fútbol blaugrana, no paraba y tenía
preparada una muy "gorda". Esta vez no eran pañoladas, ni pitidos en el
Camp Nou, en esta ocasión había adquirido la forma de graffiti. Unos 150
metros de la pared del club que daba a la c/ Arístides Maillol, la
fachada de hormigón que va de las taquillas a las puertas de acceso a
las oficinas, aparecieron aquella mañana llena de pintadas contra los
más altos directivos y técnicos del club. No se perdonaba la destitución
de Johan Cruyff, hacía medio año apenas.
Los autores de estos "graffitis" habian escogido el momento más crítico para hacer llegar su ataque a los estamentos a través de estas pintadas, un día después de que Josep Lluís Núñez hiciera pública la posición oficial del club ante todos los contenciosos que salpicaban al vestuario blaugrana
Los autores de estos "graffitis" habian escogido el momento más crítico para hacer llegar su ataque a los estamentos a través de estas pintadas, un día después de que Josep Lluís Núñez hiciera pública la posición oficial del club ante todos los contenciosos que salpicaban al vestuario blaugrana
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