Con motivo de los actos del 75º aniversario, el FC Barcelona peregrinó a
Montserrat. Fue en acto cumbre, "una brillante y emotiva jornada en la
Santa Montaña, a la que acudieron 5.000 seguidores barcelonistas",
apuntó el Boletín Oficial Informativo del club. Se desbordaron todas las
previsiones. El Barça, de esta manera, rendía homenaje a la Patrona de
Catalunya, y se reafirmaba como "més que un club" en sus bodas de
platino. El padre abad Cassià Mª Just ofició una misa en la que el
jugador Toni Torres, presente en la celebración junto a Quimet Rifé,
leyó la primera epístola. El religioso, en su intervención ante la
multitud, agradeció a todos los presentes el peregrinaje y habló de
justicia, paz y verdad, siendo uno de los momentos más emotivos cuando
dijo: "En los valores deportivos y en las múltiples actividades de tanta
significación cívica y cultural desarrolladas por vuestro club en estos
75 años, encontramos hoy una esperanza para el futuro. Nos la da
vuestro espíritu de hermandad, de tenacidad, de paciencia, de coraje
hacia metas más altas. Nos la da vuestro afán de superación de egoísmos
mezquinos, la fidelidad a nuestra tierra, la apertura hacia los hombres y
las mujeres llegados de otras tierras a quienes ofrecéis el club como
un hogar de ideales y de espacio en medio de todas las penalidades de la
vida de cada día. Todo es un llamamiento a no permanecer encerrados en
nuestras luchas de este mundo y abrirnos hacia el infinito, Dios, el
único que puede satisfacer los anhelos inmensos del corazón humano". El
presidente del FC Barcelona, Agusti Montal, destacó que "hoy venimos a
ofrecer a nuestra Moreneta, con nuestros cánticos, con nuestras banderas
y con nuestra alegría, el conjunto de todos los esfuerzos que hemos ido
desplegado al largo de los 75 años de vida de nuestro club".
En la historia del FC Barcelona esta concentración marcó un antes y un después. La llama barcelonista, prendida por Gamper en 1899, ardía con más fuerza que nunca, con más intensidad que nunca. Ni oscuras etapas de regímenes totalitaristas ni penurias económicas ni repetidas decepciones deportivas habían podido apagarla.
En la historia del FC Barcelona esta concentración marcó un antes y un después. La llama barcelonista, prendida por Gamper en 1899, ardía con más fuerza que nunca, con más intensidad que nunca. Ni oscuras etapas de regímenes totalitaristas ni penurias económicas ni repetidas decepciones deportivas habían podido apagarla.
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