En un principio, la dictadura del general Miguel Primo de Rivera no
concedió el permiso, pero, finalmente, cambió de criterio y concedió la
autorización, posiblemente era lo que buscaba para cargarse la entidad
catalana.
Los prolegómenos del choque estuvieron amenizados por la banda de música de la escuadra de la marina inglesa; Royal Navy, que había fondeado en Barcelona el día 11, y que accedió a tocar después de que Hans Gamper regalara varias invitaciones a los mandos militares. "Después de hacer algunas interpretaciones, momentos antes de empezar el partido tocaron la 'Marcha Real'". En ese momento, los más de 14.000 espectadores empezaron a silbar y gritar con una actitud hostil contra la interpretación del himno, con una clara referencia al régimen de Primo de Rivera, y no dejaron escuchar la música. Las protestas se mantuvieron y alargaron hasta el final de la interpretación musical. Esta reacción fue unánime y se extendió a todo el campo. En el palco, Hans Gamper, Francesc Cambó y la mayor parte de los asistentes se quedaron sentados e impasibles ante las notas del himno, en una prueba en conformidad con el público y de indiferencia al significado de aquella música. Hasta el mismo delegado del gobierno, desconcertado, se quedó sentado
Luego la banda interpretó el "Good save the King", el himno inglés, a lo que el público respondió con un respetuoso silencio y al final con una ovación.
La dictadura militar de Primo de Rivera, claramente enfurecida por el incidente, no dudo en tomar acciones inmediatas en contra del club blaugrana, y el equipo fue castigado con el cierre del Camp Les Corts por seis meses, pero al final solo fue reducida a tres, además de la dimisión y exilio del presidente y fundador del FC Barcelona, Hans Gamper. El club se salvaba gracias a la amistad de Arcadi Balaguer i Costa, amigo personal de Miguel Primo de Rivera y Alfonso XIII, de esta manera se reconducía al club a la integridad nacional
Los prolegómenos del choque estuvieron amenizados por la banda de música de la escuadra de la marina inglesa; Royal Navy, que había fondeado en Barcelona el día 11, y que accedió a tocar después de que Hans Gamper regalara varias invitaciones a los mandos militares. "Después de hacer algunas interpretaciones, momentos antes de empezar el partido tocaron la 'Marcha Real'". En ese momento, los más de 14.000 espectadores empezaron a silbar y gritar con una actitud hostil contra la interpretación del himno, con una clara referencia al régimen de Primo de Rivera, y no dejaron escuchar la música. Las protestas se mantuvieron y alargaron hasta el final de la interpretación musical. Esta reacción fue unánime y se extendió a todo el campo. En el palco, Hans Gamper, Francesc Cambó y la mayor parte de los asistentes se quedaron sentados e impasibles ante las notas del himno, en una prueba en conformidad con el público y de indiferencia al significado de aquella música. Hasta el mismo delegado del gobierno, desconcertado, se quedó sentado
Luego la banda interpretó el "Good save the King", el himno inglés, a lo que el público respondió con un respetuoso silencio y al final con una ovación.
La dictadura militar de Primo de Rivera, claramente enfurecida por el incidente, no dudo en tomar acciones inmediatas en contra del club blaugrana, y el equipo fue castigado con el cierre del Camp Les Corts por seis meses, pero al final solo fue reducida a tres, además de la dimisión y exilio del presidente y fundador del FC Barcelona, Hans Gamper. El club se salvaba gracias a la amistad de Arcadi Balaguer i Costa, amigo personal de Miguel Primo de Rivera y Alfonso XIII, de esta manera se reconducía al club a la integridad nacional
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