Si el extremo portugués y su representante esperaban que los
turineses
olvidaran el asunto y le dieran vía libre a Parma, no podían estar más equivocados: los dos equipos italianos defendieron sus acuerdos legales, y, ante este panorama, a mediados de febrero las autoridades balompédicas del país decidieron invalidar ambos contratos/precontratos, y sancionar al futbolista sin poder jugar en Italia durante dos años.
Sin embargo, muy jugosa debía ser la oferta del Parma, ya que jugador y club mantuvieron su acuerdo, si bien, obviamente, la sanción era un serio problema a resolver. Fue entonces cuando apareció en escena el FC Barcelona, que ya se había interesado por Figo en diciembre del año anterior. En principio, el atacante debía llegar cedido al conjunto culé por dos campañas (las de la sanción) sin que éste pagara parte de su traspaso, pero, entre que no era viable que un jugador con la proyección del portugués sólo estuviese temporalmente en un equipo del nivel del Barça, y que el club italiano estaba interesado en hacerse con los servicios de un Hristo Stoichkov cuyas relaciones con el entrenador de los azulgrana, Johan Cruyff, estaban definitivamente rotas, la operación, en marzo, acabó convirtiéndose en un traspaso con posible opción de compra, dos años después (con la sanción ya terminada), para el Parma.
Finalmente, el atacante luso pudo ser presentado como futbolista azulgrana el día 20 de junio, y, sin necesidad de asegurar con el club lisboeta el fichaje del jugador, el Barça pagó solamente el cánon de formación, es decir, 350 millones de pesetas (algo más de 2’1 millones de euros) por el traspaso. En un principio, el acuerdo fue para dos temporadas (gozando entonces, como ya hemos dicho, el Parma de preferencia en su fichaje si Barça y jugador no quierían prorrogar su compromiso), ampliable a cinco más, hasta el 2002, si bien el contrato fue revisado en los años posteriores a su incorporación.
Y es que una de las mayores mentiras que ha contado a lo largo de la historia desde su marcha, es lo de la "renovación" que se había eternizado. Como cualquier profesional, quería cobrar más y más... Pero no podia estar cada año llamando a la puerta, para mantenerle a él y a la "lapa" de su representante
Aunque siempre quedara para la historia este saludo:
"Blancos llorones..."
olvidaran el asunto y le dieran vía libre a Parma, no podían estar más equivocados: los dos equipos italianos defendieron sus acuerdos legales, y, ante este panorama, a mediados de febrero las autoridades balompédicas del país decidieron invalidar ambos contratos/precontratos, y sancionar al futbolista sin poder jugar en Italia durante dos años.
Sin embargo, muy jugosa debía ser la oferta del Parma, ya que jugador y club mantuvieron su acuerdo, si bien, obviamente, la sanción era un serio problema a resolver. Fue entonces cuando apareció en escena el FC Barcelona, que ya se había interesado por Figo en diciembre del año anterior. En principio, el atacante debía llegar cedido al conjunto culé por dos campañas (las de la sanción) sin que éste pagara parte de su traspaso, pero, entre que no era viable que un jugador con la proyección del portugués sólo estuviese temporalmente en un equipo del nivel del Barça, y que el club italiano estaba interesado en hacerse con los servicios de un Hristo Stoichkov cuyas relaciones con el entrenador de los azulgrana, Johan Cruyff, estaban definitivamente rotas, la operación, en marzo, acabó convirtiéndose en un traspaso con posible opción de compra, dos años después (con la sanción ya terminada), para el Parma.
Finalmente, el atacante luso pudo ser presentado como futbolista azulgrana el día 20 de junio, y, sin necesidad de asegurar con el club lisboeta el fichaje del jugador, el Barça pagó solamente el cánon de formación, es decir, 350 millones de pesetas (algo más de 2’1 millones de euros) por el traspaso. En un principio, el acuerdo fue para dos temporadas (gozando entonces, como ya hemos dicho, el Parma de preferencia en su fichaje si Barça y jugador no quierían prorrogar su compromiso), ampliable a cinco más, hasta el 2002, si bien el contrato fue revisado en los años posteriores a su incorporación.
Y es que una de las mayores mentiras que ha contado a lo largo de la historia desde su marcha, es lo de la "renovación" que se había eternizado. Como cualquier profesional, quería cobrar más y más... Pero no podia estar cada año llamando a la puerta, para mantenerle a él y a la "lapa" de su representante
Aunque siempre quedara para la historia este saludo:
"Blancos llorones..."
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