La Penya Blaugrana de Manresa, organizó impecablemente el 16 de julio de 1972, la primera Trobada Mundial de Penyes en Montserrat,
y seria galardonada con la primera Medalla de Oro del FC Barcelona, por
la directiva que presidía Agustí Montali Costa. La Penya Blaugrana de
Manresa estaba entonces presidida por Josep Juncadella, que fallecio en
elaño 2001Sin embargo, el desarrollo de la Trobada no fue tan plácido como pudiera pensarse, ya que la Guardia Civil de Monistrol y Olesa
estaban convenientemente alertada de que los actos barcelonistas
ocultaban movimientos "separatitas". La "visita" de los uniformados del
tricornio fue inevitable en el curso de la jornada, como inevitable fue
también el informe del teniente que fue remitido al Gobierno Civil de
Barcelona. Días después tanto Montal como Juncadella fueron llamados a
declarar.
Una "senyera" gigantesca, que colgaba de una roca de difícil acceso y que era visible desde varios kilómetros de distancia, fue el desencadenante del incidente con las autoridades del franquistas. En aquella jornada montserratina, además, se bailaron sardanas, se hicieron todos los discursos en catalán y nadie se privó de cuanto sólo tres años después (tras la muerte de Franco) fue permitido. La jornada de confraternización barcelonista fue también una jornada de afirmación catalanista, dentro de los límites que aconsejaban la autoestima y la prudencia de los asistentes. No en vano tres años antes Narcís de Carreras había proclamado que el Barça era "més que un club" y la sociedad catalana ya se movía y reclamaba libertad. El Barça era un importante estandarte de las reivindicaciones y un eficaz instrumento para minar la roca dictatorial que cada vez tenía más gritas.
El Gobernador Civil Tomás Pelayo Ros tuvo, además, conocimiento por la prensa de la época de que la entidad organizadora había sido galardonada con la primera medalla de oro del FC Barcelona. A Agustí Montal no le quedó más remedio que aguantar una bronca casi cómica: "Pero, ¿es que usted no sabe que la primera medalla de oro de una entidad como el Club de Fútbol Barcelona ha de ser necesariamente para nuestro Caudillo?", le espetó Tomás Pelayo Ros, que años después llegó a ser Delegado Nacional de Deportes. Al probo servidor de la dictadura no le faltaban razones para su enojo y el "trabajo" se le acumulaba: por aquellos días, tras un Barça-Deportivo, amenazó con "encarcelar" a los responsables de que por la megafonía (Manel Vich) del Camp Nou se emitiera íntegramente en catalán el aviso de un niño extraviado. El Barça era, realmente, muy incómodo.
El presidente Montal tenía, pues, un toro muy difícil de lidiar, dado que el anuncio de la concesión de la primera medalla de oro del Barça a los barcelonistas de Manresa estaba hecho y divulgado a los cuatro vientos. Dar marcha atrás para que el dictador fuera el beneficiado hubiera sido todavía peor, por el ridículo que suponía. Se halló una solución intermedia para salir de tan engorrosa situación: conceder a Franco la primera medalla de oro del 75 Aniversario, que le sería librada en los primeros días de 1974, año de la efeméride. La Casa Civil de "Su Excelencia" lo aprobó. El sábado día 27 de septiembre, el día 27 de febrero de 1974, el "Generalísimo" recibió en audiencia en El Pardo a la directiva del FC Barcelona, que le entregó la primera medalla de oro de las Bodas de Platino. A la audiencia no acudieron ni Raimon Carrasco (cuyo padre fue fusilado en 1938 por las tropas franquistas) ni Ferran Ariño (por motivos de conciencia). Dos ausencias que se taparon ante el rígido protocolo del dictador.
Esta medalla es la que defienden los madridistas para resguardarse de ese pasado, en el cual Franco ayudo y mucho al equipo blanco. Eso echan tierra a un suceso que ocurrió 22 años antes en 1952, y con motivo de las "Bodas de Oro" del Real Madrid, este entrego al Caudillo un Libro de Oro, rememorando estas efemerides. Casualmente poco despues el honor de ese libro, se lo cobraría con el fichaje de Di Stefano y la intervención incluso del General Moscardó para que Di Stefano fuese al Madrid si o si
Una "senyera" gigantesca, que colgaba de una roca de difícil acceso y que era visible desde varios kilómetros de distancia, fue el desencadenante del incidente con las autoridades del franquistas. En aquella jornada montserratina, además, se bailaron sardanas, se hicieron todos los discursos en catalán y nadie se privó de cuanto sólo tres años después (tras la muerte de Franco) fue permitido. La jornada de confraternización barcelonista fue también una jornada de afirmación catalanista, dentro de los límites que aconsejaban la autoestima y la prudencia de los asistentes. No en vano tres años antes Narcís de Carreras había proclamado que el Barça era "més que un club" y la sociedad catalana ya se movía y reclamaba libertad. El Barça era un importante estandarte de las reivindicaciones y un eficaz instrumento para minar la roca dictatorial que cada vez tenía más gritas.
El Gobernador Civil Tomás Pelayo Ros tuvo, además, conocimiento por la prensa de la época de que la entidad organizadora había sido galardonada con la primera medalla de oro del FC Barcelona. A Agustí Montal no le quedó más remedio que aguantar una bronca casi cómica: "Pero, ¿es que usted no sabe que la primera medalla de oro de una entidad como el Club de Fútbol Barcelona ha de ser necesariamente para nuestro Caudillo?", le espetó Tomás Pelayo Ros, que años después llegó a ser Delegado Nacional de Deportes. Al probo servidor de la dictadura no le faltaban razones para su enojo y el "trabajo" se le acumulaba: por aquellos días, tras un Barça-Deportivo, amenazó con "encarcelar" a los responsables de que por la megafonía (Manel Vich) del Camp Nou se emitiera íntegramente en catalán el aviso de un niño extraviado. El Barça era, realmente, muy incómodo.
El presidente Montal tenía, pues, un toro muy difícil de lidiar, dado que el anuncio de la concesión de la primera medalla de oro del Barça a los barcelonistas de Manresa estaba hecho y divulgado a los cuatro vientos. Dar marcha atrás para que el dictador fuera el beneficiado hubiera sido todavía peor, por el ridículo que suponía. Se halló una solución intermedia para salir de tan engorrosa situación: conceder a Franco la primera medalla de oro del 75 Aniversario, que le sería librada en los primeros días de 1974, año de la efeméride. La Casa Civil de "Su Excelencia" lo aprobó. El sábado día 27 de septiembre, el día 27 de febrero de 1974, el "Generalísimo" recibió en audiencia en El Pardo a la directiva del FC Barcelona, que le entregó la primera medalla de oro de las Bodas de Platino. A la audiencia no acudieron ni Raimon Carrasco (cuyo padre fue fusilado en 1938 por las tropas franquistas) ni Ferran Ariño (por motivos de conciencia). Dos ausencias que se taparon ante el rígido protocolo del dictador.
Esta medalla es la que defienden los madridistas para resguardarse de ese pasado, en el cual Franco ayudo y mucho al equipo blanco. Eso echan tierra a un suceso que ocurrió 22 años antes en 1952, y con motivo de las "Bodas de Oro" del Real Madrid, este entrego al Caudillo un Libro de Oro, rememorando estas efemerides. Casualmente poco despues el honor de ese libro, se lo cobraría con el fichaje de Di Stefano y la intervención incluso del General Moscardó para que Di Stefano fuese al Madrid si o si
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