
Los dos equipos salieron a la pista con el dorsal "18", pero, además, los jugadores del Barça Borges lucieron un espectacular vendaje en la cabeza, rememorando ese momento mágico, ese penalti, esa rosca, ese título europeo que hizo grande la leyenda. Un pasillo dio la entrada a pista al protagonista, mientras un vídeo repasaba sus ocho años en el club, años de sonrisas y lágrimas, como las que derramó copiosamente. Al no renovarlo el club, Iker Romero se marchaba al Fuchse de Colonia
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