Platko está en conmocionado debido a esa patada. Deben atenderlo y vendarlo. Entonces, una persona trajeada desconocida sale desde la tribuna y se ofrece para hacer la tarea. Nadie le dice nada. Tiene una presencia tan fuerte que si pidiera entrar a jugar, el entrenador no dudaria en que ocupara el puesto del bueno de Platko. Se lo llevan al vestuario, y poco tiempo despues aparece con un aparatoso vendaje que lucía el arquero. La leyenda dice que había sido obra de Carlos Gardel, que en el vestuario hizo las veces de improvisado enfermero Pero si es verda sólo aparece para vendar al arquero y volver a la tribuna, para continuar disfrutando del encuentro. El partido sigue. Platko acabaría el encunetro como el héroe de la jornada y su salvador se va del estadio feliz. Más tarde se harían esta foto donde aparecen Gardel sentado y Platko (en la cama) y Samitier
Es solo un mito, se sabe que Gardel era un apasionado de los hipodromos, si estaba en el Sardinero era por su amistad con Pep Samitier. Fue un encuentro despiadado en el que no solo se pusieron de manifiesto las nacionalidades (vascos/catalanes) en el terreno de juego, sino también en las tribunas, donde hubo culatazos de la Guardia Civil, heridos y dispersiones de público más que contundentes. Partido de de los de antes. donde el honor solo quedaba a salvo con el triunfo y no con la derrota
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