Esta anecdota puede resultar insólita vista con los ojos contemporáneos, pero es un hecho que el Barça de los primeros años tenía unos detalles entrañables propios de aquellos años románticos del fútbol. Por ejemplo, los niños que iban al campo de la calle Industria (1909-22) eran obsequiados con un bocadillo de jamón serrano para que merendarann. Los porteros y acomodadores eran los encargados de entregarlos a la entrada.
Imágenes enternecedoras de tiempo bien lejanos, equiparables a la del socio Narciso Deop saliendo al descanso en el campo cargado con una bandeja llena de limones para repartirlas entre los futbolistas de ambos equipos. Y para redondear el cuadro pintoresco de algunas tradiciones olvidadas, recordamos que en la década de 1910 los futbolistas del Barça regalaban ramos de flores a las señoras espectadoras en cada partido de cierre de la temporada.
Imágenes enternecedoras de tiempo bien lejanos, equiparables a la del socio Narciso Deop saliendo al descanso en el campo cargado con una bandeja llena de limones para repartirlas entre los futbolistas de ambos equipos. Y para redondear el cuadro pintoresco de algunas tradiciones olvidadas, recordamos que en la década de 1910 los futbolistas del Barça regalaban ramos de flores a las señoras espectadoras en cada partido de cierre de la temporada.
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