Fue una jugada desgraciada. El balón llegó rápidamente a su posición, la
de extremo zurdo, donde correteaba con el dorsal número 11 a la
espalda. Perdió el control y se le fue fuera. Marc Baiges, el diez del
Ebre, recibió entonces el saque de banda en fase defensiva. Escorado al
lateral, decidió lanzar un pelotazo arriba. Armó la pierna y cuando sólo
esperaba sentir el impacto del cuero, una "sombra" irrumpió por su
derecha y se interpuso entre su bota y el balón. Fue esa sombra la que
recibió el impacto: se oyó un chasquido y ambos rodaron por el suelo; el
árbitro no pitó falta. La "sombra" intentó levantarse pero comprendió
que no podría hacerlo. Fue en esa jugada desgraciada cuando Messi sufrió
la primera y última fractura de su vida. No se había cumplido un minuto
de juego y en la retransmisión televisiva de BarçaTv aún repasaban las
alineaciones. Marc se disculpaba ante Leo y este abandonó el campo y
aquel episodio fortuito quedó sepultado de la memoria de los que jugaron
el partido
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