Cap. 126: El Secuestro de Quini (II)

El dia 3 aparece en todos los diarios, españoles y europeos, la notica de la desaparición de Quini. Comienzan los rumores de que los secuestradores ya se han puesto en contacto con la directiva y que el Barça está dispuesto a pagar. Se habla de cien millones de pesetas. Las muestras de solidaridad crecen día a día. Los jugadores de la plantilla se reúnen en el vestuario, su moral está destrozada.
A las 11.30 de la noche Mari Nieves (esposa de Quini), recibe en su casa una llamada de los secuestradores, la primera de un total de 21 llamadas.
"Talin" Alexanco, jugador del Barcelona y amigo de Quini, se convierte en el negociador de la familia  y es el designado para hablar con los secuestradores.
Se siguen diversas pistas que resultan falsas.  Y el día 5, se especula sobre la posibilidad que el Barça no vaya a disputar el decisivo partido de liga contra el Atlético de Madrid en el Vicente Calderón. La sutuación animica de algunos jugadores, no es la idonea para jugar. Apenas entrenan y estan más atentos a las noticias de como evoluciona el caso, que de preparse para el partido que podía decidir la liga. Incluso Bern Schuster, , afirma "no jugaré, además de piernas tengo corazón, sólo quiero que vuelva Quini". La RFEF dice que no se alterará el Campeonato Liguero por nadie.
El domicilio de "Quini" en Vía de Carles III se convierte en el centro de operaciones de la policía, la familia del jugador, compañeros e incluso los periodistas que esperan, día tras día, alguna noticia de su paradero.

A pesar de todo el domingo 8, se juega el partido contra el Atletico de Madrid. El Barça pierde por 1-0 y Schuster declara a los medios:  "por  culpa de Núñez y de Helenio Herrera se ha perdido la liga". No se había presionado lo necesario para aplazar el partido y teniendo en cuenta que no estabamos en año de Europeo o Mundial, se podría haber forzado más la situación en la RFEF.
El día 13, los secuestradores se ponen en contacto telefónico con un industrial zaragozano al que le ofrecen hasta diez millones de pesetas para que actúe de intermediario, trasladando a Quini en su avioneta particular al lugar donde debería producirse la liberación del jugador. Al día siguiente volvieron a llamarle para concretar que el lugar sería Logroño. Concertaron una cita en el bar del Aeroclub de Zaragoza, a la que, sin embargo, no acudió nadie.