
Los radicales, que fueron identificado por llevar chaquetas naranjas, y preguntaron a los empleados de seguridad si estaban en el hotel para proteger a Joan Laporta. Acto seguido, uno de ellos propinaba un golpe en la cara a uno de los encargados de la seguridad y le provocó un traumatismo cráneo-facial. A pesar de la lucha de Joan Laporta contra este grupo, a día de hoy siguen gracias al "perdón" obtenido gracias a Sandro Rosell y Josep Maria Bartomeu
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