Además de ser un jugador de futbol y sus negocios. Una de esas pasiones ocultas que tenía el "Holandes Volador" era que le chiflaban las novelas policiacas. En Aiguafreda (Barcelona) y Amsterdam, Johan Cruyff tenía ciento de novelas negras, quien se gastaba una buena cantidad en comprar todas las que encontraban, en especial le gustaba las de James Bond. Es raro encontrar a deportistas apasionados con la lectura y aquellos que leian en su época, no eran muy bien considerados
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