Según esgrimía el diario, se trataba de una organización que bajo el manto de la beneficencia, ayudaba a la financiación del régimen terrorista Hamás en Gaza. Por esa razón la fundación había sido declarada ilegal en Israel y los EE.UU., e incluso la UE estaba considerando tomar una decisión al respecto.
El artículo señalaba que Yusuf al-Qaradi, muy próximo a la fundación comprometida con el Barça, era un conocido propagandista islámico antisemita, quien estimaba que los judíos tenían "bien merecido el castigo que les hizo Hitler", aseguraba.
Además, el jeque aceptaría el terrorismo contra civiles de Israel ya que “este país está totalmente militarizado”. Asimismo, habría declarado una guerra cultural contra el Occidente y sus valores, sentencia el artículo. En el mismo diario el periodista Eyal Levy criticaba que Rosell no tuviera en cuenta todas las vinculaciones de la Fundación antes de cerrar el acuerdo.
- "No se puede saber si el chillador ratoncito israelí podría influir sobre el gigante catalán. Pero lo evidente es que ninguna protesta puede favorecer a los negocios".
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